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Enfrenta

Su idea de retratar a los migrantes surgió de la segregación y el acoso que ha experimentado por ser una persona con discapacidad auditiva que, contra el
silencio, decidió rebelarse para poder dar luz y voz a los individuos desplazados que protagonizan sus capturas.
Con estas series fotográficas nos enfrenta a la dura realidad de la frontera sur en la que, por espacio de cinco temporadas, ha logrado establecer relaciones de
confianza hasta llegar a ser conocido como el “Mexican Tattoo” que, con sus ojos de lince, se desliza sobre las escenas que se desarrollan en Tenosique, Tabasco,
tierra de grandes contrastes en la que confluyen emigrantes —algunos huyendo de la persecución, otros, alejándose del hambre y de la pobreza— que terminan
estableciéndose temporal o definitivamente allí y quienes, para subsistir, se ven forzados a ejercer actividades ilícitas, a dedicarse a la prostitución o, en el mejor
de los casos, a prestar servicios en las calles o a elaborar productos artesanales.
Sus tomas son narraciones matizadas por episodios entrañables, metafóricos y escalofriantes. Él percibe a estos hombres y mujeres como si fueran peces que,
impulsados por un falso anhelo de libertad, recorren grandes distancias para, finalmente, sucumbir ante un México cruel e indiferente que los devora bajo el
amparo de la corrupción y la impunidad.
Las piezas que se exhiben están divididas en dos núcleos: Convivir y Sobrevivir. Se han elegido ambientes y entornos distintos, así como casas que funcionan con
diferentes reglas, ritos y credos, pero que, en esencia, comparten la misma vocación de albergar y proteger a estas vidas en tránsito.

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